domingo, 23 de mayo de 2010

Scottish Ultra: cuarta etapa.

La etapa de hoy es la mas corrible, según las indicaciones que nos dan tenemos 25km de ida y sus 25km de vuelta, 42km por terreno bastante bueno y 8km de turberas demoniacas.
Preparo mis pies para la batalla que me espera. El terreno duro y la mochila no es lo mejor para mi dolor de metatarsos, y me "tuneo" los dos pies con el mismo sistema.




Dan la salida y a correr. Hasta que el cuerpo entra en calor todo son dolores, caderas, rodillas, pies, espalda, es mejor evadir la mente para esquivar la realidad. El grupo se va estirando poco a poco, siento calor con el gore-tex y el pantalón impermeable y me decido a parar. Mientras me quito la mochila, me despojo de lo que me sobra, lo guardo todo y me coloco de nuevo la mochila, pierdo a Manolo y a Paco. No me esfuerzo en alcanzarlos, pienso que la etapa es muy larga y que no merece la pena el esfuerzo, ya los pillaré mas adelante. De momento vamos por una carretera, llego al primer CP y veo que se acerca Javi, permanecemos juntos unos minutos, nos hacemos unas fotos y nos separamos. Poco a poco me alejo de Javi, el va un poco mas relajado y yo llevo en mente cazar a los demás.
Llega el momento en que no veo a nadie, ni delante ni detrás, la soledad del corredor de fondo una vez mas. Tan solo coincido con algún vehículo que va o viene de tarde en tarde, todos levantan un par de dedos en señal de saludo.
De la carretera pasamos a un camino, es bastante irregular por la zona de rodada de los coches y aprovecho la zona de hierba del centro para correr y castigar algo menos mis maltrechos pies. Tanto la carretera como el camino son un continuo sube-baja, un rompepiernas como solemos decir.







Van cayendo los kilometros gracias al trabajo mental, dan ganas de pararse, revolear la mochila y tumbarse en la cuneta. Tengo una contractura en la espalda, es como una puñalada bajo el homoplato derecho, aprovecho las subidas mas empinadas para caminar y cruzar los brazos bajo la mochila para elevarla y liberar el peso de la espalda por unos minutos. A menudo el paisaje costero me evade de los dolores, no hay duda de que la mente lo es casi todo en este deporte, pasas ratos corriendo como un automata sin tener conciencia de ello.
Llego a un sendero muy guapo que lleva hasta el CP donde se encuentra Phil, le pregunto y me dice que quedan unos cuatro kilometros hasta el punto de retorno.




Los kilometros que siguen son de subida, de nuevo por turberas, de nuevo los pies mojados, pero me sacan de la monotonía del camino que me ha traido hasta aquí. Por fin me encuentro con algún corredor, son los dos primeros que vienen bajando ya de vuelta, me dicen que me quedan unos veinte minutos para llegar al final de la isla, el cabo llamado Carraig Mhor, un gran acantilado perdido en la niebla. A pocos metros del final oigo unos gritos pero no veo a nadie debido a la niebla, es el "marshall" que controla el paso de los corredores por el último CP. Abajo a mi derecha consigo verlo haciendome indicaciones de que siga unos metros mas hacia el frente o baje hasta donde está el......y la bajada no es nada buena. Como el tio no se explica nada bien, o yo no logro entenderlo, me tiro barranco abajo hasta donde se encuentra el fulano. Al llegar me anota el dorsal y me indica el camino de vuelta, pero hay algo que no me cuadra, yo vengo de arriba y el me indica hacia abajo, y ademas no me he cruzado con Alonso, Paco y Manolo, todo es muy extraño. Sigo en la dirección que me ha indicado, bajando continuamente y llego a un acantilado ¿donde me ha mandado este tio? Me vuelvo cabreado en sentido contrario, y veo a lo lejos al equipo ingles, los "bomberos", que vienen hacia mi, tambien confundidos haciendome gestos de desconcierto con los brazos. Decidimos subir por una pendiente brutal para tratar de encontrar el camino original. Con el corazón en la boca logro llegar hasta arriba, los bomberos se paran a descansar a mitad de la pendiente, y por fin encuetro el camino de vuelta. Me cruzo con Javi y le cuento lo sucedido, y el me dice que se ha encontrado con nuestros compañeros y que tambien les ha pasado lo mismo, por eso no me los he cruzado. Aprieto el paso, pienso que no deben andar muy lejos y prefiero hacer el camino de vuelta acompañado, ya se lo que me queda por delante y se pueden hacer desesperantes esos veintipico kilometros solo.







Por mas que me esfuerzo no logro ver a nadie por delante. Me obligo a no parar para acabar cuanto antes con esta etapa que me está rayando la mente. Llego a un control a unos 12km de meta y me dicen que mis compañeros me sacan quince minutos, ya es imposible alcanzarlos.
Me limito a trotar y pensar que mañana es la última etapa, una mas y lo tengo, mañana puedo ser finisher, quien lo habría dicho despues de lo mal que lo vi en la primera etapa.
Cerca de meta me viene de nuevo a la mente la imagen de Fidel y vuelvo a entrar al campamento levantando un puño y gritando ¡que se jodan!, esta etapa va por tí ayá donde estes.

No hay comentarios: